06 Iguazú: llegando

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Alojamiento: Sheraton Iguazú
Tipo: Gran Cadena hotelera
Valoracion: 8
Comentarios: Demasiado caro, sólo justificable por el privilegio de estar dentro del parque de Iguazú y tener vistas directas a las cataratas (a cierta distancia). No tan venido a menos como dicen algunas críticas. Piscina muy agradable, desayuno bastante correcto y restaurante normal.

22-Noviembre-2010
Dejamos atrás Buenos Aires y comenzamos a recorrer el país, primer destino: Iguazú.

Nada más llegar al parque uno se siente como aquellos excursionistas de los dibujos animados del Oso Yogui entrando en el parque Yellowstone. No sólo por la sensación de contacto con la naturaleza, un día de paseo entre árboles, etc. sino porque los excursionistas sabían que tarde o temprano les iban a robar la merienda:

Taxi al parque desde el aeropuerto > 12€
Entrada al parque lado argentino > 15€
Entrada parque lado brasileño > 17€
Taxi al pueblo de Iguazú > 17€
Acercarse en barco a las cataratas > 20€
Paseito de 30' por el río > 10€
etc, etc.

Todo esto sin contar con el impuesto revolucionario que supone alojarse en el único hotel que hay dentro del parque. Después de mucho meditar decidimos pasar por caja y quedarnos en él, a parte de que era más cómodo y práctico decisiones así se toman principalmente en base al criterio "porque tú lo vales".

Con una ubicación quizás polémica, pero privilegiada, la vista desde la habitación es hipnótica, normalmente uno se quedas 15 ó 30 minutos al visitar una de estas maravillas naturales, pero cuando se puede disfrutar desde la terraza de la habitación o incluso sentado en la cama ... la percepción es diferente.

Comenzamos visitando los circuitos básicos: superior e inferior en el lado argentino. Se tienen buenas vistas de las cataratas, aunque no son las mejores ni mucho menos, sin embargo son las más accesibles. Las Cataratas son impresionantes, en si mismas y por el entorno en el que se encuentran. Tienen una escala que no había visto antes, no por su altura, sino por su número y extensión.

Comparaciones con el Niagara por ejemplo, son simplemente ridículas.