03 Buenos Aires: panorámica

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Alojamiento: Interesados en el nombre contactar por mail
Tipo: Hotel Boutique
Valoracion: 7.5
Comentarios: Personal atento y agradable. Está algo alejado, pero cerca del metro. Casa antigua muy bien reformada, proporciona tranquilidad, independencia y algo de exclusividad . El desayuno es excelente aunque el servicio se podría mejorar.

20-Noviembre-2010

Dicen que Buenos Aires es el París del Sur de América, quizás por las grandes avenidas, su ambiente algo bohemio, etc. pero de momento yo diría que no tiene nada que ver.

Para mi es la ciudad más española fuera de España. El Congreso es como el de la Carrera de San Jerónimo pero con una cúpula y sin leones, el monumento frente a él, como el de Plaza de España pero cambiando al Quijote. Algunas de las avenidas podrían estar en Barcelona y otras en Valencia. Ponemos un poco más de suciedad, de vendedores callejeros que no tienes que salir corriendo, lo redeamos todo de un toque intelectual.. y ya estamos como en casa. Es realmente sencillo hacerse a esta ciudad.

Hoy hacíamos cola para entrar en la casa Rosada, ¿por que? ¿para qué? ¿merecía la pena? Seguramente no, pero no viene al caso. El tema es que ahí estaba Carmen, jubilada española y residente en Buenos Aires, llevando a un par de turistas de visita. Hablamos, hablamos, terminamos la visita (que no nos cambiará la vida) y acabamos subiendo todos a un bus con destino a Caminito. El barrio de las famosas casas de colores junto al estadio de Boca.

A día de hoy Caminito es como una mala imitación: "Las casas de colores" son tiendas de recuerdos, paraiso para quien desee hacerse una foto con el doble de Maradona, con el doble de una pareja de Tango, comer uno de los peores asados calidad/precio y ver alguno de los peores espectáculos de tango. Sin embargo la visita es obligada y sin duda os gustará. Con algunos consejos se puede conseguir esquivar algunas de las "trampas para turistas", que son muchas, incluso comer muy bien a sólo dos cuadras de distancia.

De vuelta al centro, uno de los descubrimientos más sorprendentes del día ha sido un lugar declarado "Área de protección histórica y Sitio de interés Turístico" no muy lejos del famoso obelisco, paso a describir: Son poco más de las cuatro de la tarde, el lugar es como un gran café vienés que nunca se reformó, el público en su mayoría se mueve por encima de los 70 años.

Los clientes, tanto hombres como mujeres llegan solos al local, las mujeres sacan un par de zapatos del bolso (normalmente con más tacón y mas llamativos que los que llevan puestos) y se sientan en una mesa. Hombres a un lado de la sala y mujeres a otro, se miran, se eligen, se hacen una seña y cuando comienza a sonar el tango ellos las invitan a bailar. Después todo es genial.

Cuando nos íbamos uno de los protagonistas nos agradece nuestos apalusos espontáneos. Brevemente nos cuenta su historia: de madre gallega, fue piloto de la marina, por aquel entonces bailaba Jazz porque en Nueva York era pecado bailar tango. Con la que hoy bailaba, es una señora profesora de danza y médico a la vez (aunque yo "malpienso" que está ya retirada), él ahora viene tres veces a la semana a baliar, le gusta y le hace estar en forma, porque ya ha cumplido los noventa.